CAMBIAR LA FORMA DE PERCIBIR
LA REALIDAD.
“LA REALIDAD PUEDE
CAMBIAR SI CAMBIAMOS LA FORMA DE PERCIBIRLA ”.
Dicen que la realidad depende de lo que percibimos a través de nuestros sentidos, es decir, fabricamos nuestra realidad desde la
forma en que procesamos nuestras experiencias mediante nuestras emociones.
La
construimos nosotros mismos con lo que percibimos a través de los sentidos,
pero si bien nuestra mente nos ofrece una gran cantidad de información, nuestro
cerebro dirige nuestra atención a determinados aspectos mientras que ignora
otros, por factores muy diferentes como por ejemplo nuestra propia historia de
la que a veces ni somos conscientes.
En el blog
de Rafapal en “la física cuántica explica que creamos nuestra propia realidad”
nos dice como percibimos nuestra realidad y como podemos cambiar nuestra forma de percibirla:
A cada segundo, en una vida como la moderna llena de
estímulos: nos bombardean enormes cantidades de información. El cerebro solo
procesa una mínima cantidad de ella. Así pues, lo que consideramos la Realidad,
es decir, aquello que vivimos, es sólo una mínima parte de lo que en realidad
está ocurriendo. ¿Cómo se filtra toda esa información?
A través de nuestras creencias: El modelo de lo que creemos
acerca del mundo, se construye desde lo que sentimos en nuestro interior y de
nuestras ideas. Cada información que recibimos del exterior se procesa desde
las experiencias que hemos tenido y nuestra respuesta emocional procede de
estas memorias. Por eso, los malos recuerdos nos impulsan a caer en los mismos
errores.
Por ejemplo:
una mala experiencia en un ascensor, como quedarse encerrado, puede hacer que
el objeto “ascensor” se asocie al temor a quedarse encerrado. Si no se
interrumpe esa asociación, nuestro cerebro podría relacionar ese
pensamiento-objeto con esa emoción y reforzar esa conexión, conocida en el
ámbito de la psicología como “fobia” o “miedo”.
Todos los hábitos y adicciones operan con la misma mecánica.
Un miedo (a no dormir, a hablar en público, a enamorarse) puede hacer que
recurramos a una pastilla, una droga o un tipo de pensamiento nocivo.
El objetivo inconsciente es “engañar” a nuestras células con
otra emoción diferente, generalmente, algo que nos excite, “distrayéndonos” del
miedo. De esta manera, cada vez que volvamos a esa situación, el miedo nos
conectará, inevitablemente, con la “solución”
La buena noticia es que, en cuanto rompemos ese círculo
vicioso, en cuanto quebramos esa conexión, el cerebro crea otro puente entre
neuronas que es el “pasaje a la liberación”. Porque nuestro cerebro está
permanentemente rehaciéndose, incluso, en la ancianidad. Por
ello, se puede desaprender y reaprender nuevas formas de vivir las emociones.
Cómo romper con esos malos hábitos del pensamiento
El cerebro crea esas redes a partir de la memoria: ideas,
sentimientos, emociones. Cada asociación de ideas o hechos, incuba un
pensamiento o recuerdo en forma de conexión neuronal, que desemboca en
recuerdos por medio de la memoria asociativa. A una sensación o emoción
similar, reaparecerá ese recuerdo en forma de idea o pensamiento.
Hay gente que conecta “amor” con “decepción” o “engaño”, así
que cuando vaya a sentir amor, la red neuronal conectará con la emoción
correspondiente a cómo se sintió la última vez que lo sintió: ira, dolor,
rabia, etc. Según Joe Dispenza “si practicamos una determinada respuesta emocional, esa conexión
sináptica se refuerza y se refuerza. Cuando aprendemos a “observar” nuestras reacciones y no
actuamos de manera automática, ese modelo se rompe”. Así pues, aprender a “ver”
esas asociaciones es la mejor manera de evitar que se repitan: la llave es la
consciencia.
Por lo
tanto, lo que he pensado que tengo que hacer es en cualquier situación que no
me guste o me moleste, y no pueda cambiar, intentar cambiar la emoción que
siento por esta situación. Con lo cual, iré viendo que situaciones me provocan
un mal sentimiento o pensamiento negativo e intentaré cambiar la emoción que
siento en esos momentos.
Os dejo un enlace para que podáis leer el artículo completo.
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